Respuesta al libelo infamatorio publicado por el Lic. Antonio Escoto, bajo el título de Contestacion del Jalisciense á las nuevas reflecsiones que sobre el reglamento de la enseñanza médica publicó el autor del Aviso, Doctor Indelicato.
- Indelicato, José
- Date:
- 1841
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Credit: Respuesta al libelo infamatorio publicado por el Lic. Antonio Escoto, bajo el título de Contestacion del Jalisciense á las nuevas reflecsiones que sobre el reglamento de la enseñanza médica publicó el autor del Aviso, Doctor Indelicato. Source: Wellcome Collection.
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![despotismo de Napoleón, (a) Bolívar no hizo mas que ocupar un puesto vacio que aguardaba al primero que lo ocupase. Cien años anteS, Bolívar; el gran Bolívar, el Capitán jeneral de los ejércitos de las Repúblicas de Sud- América, y el fundador de su libertad; no hubiera lle¬ gado á ser mas quizá que un gobernador de Venezuela. Tú hablas de las dificultades que se encuentran para establecer un verdadero gobierno popular de hecho y dere¬ cho: las reconozco, pero no las creo invencibles, y en otra ocasión te manifestaré acerca de este punto todas mis ideas. Citas el dicho de Danton, que la Revolución como Saturno devora á sus propios hijos. El tiempo, Phila- lethes, nos devora á todos. Y ¿qué importa la pérdida de algunos individuos, si debe servir á la marcha solemne y majestuosa del Jénero Humano por el camino de la ci¬ vilización? ¿Q,ue importa el fin trájico de un Petion, de un Miranda, si por ellos dieron un paso adelante en aquel cami ¬ no las naciones que les vieron nacer? La Inglaterra y la Francia que tú observas ahora, ó Philalethes, son la Inglaterra del 1684, y la Francia del 1789. ¿Orné te pa¬ rece? ¿Han servido para algo las dos mas grandes revo¬ luciones de que hay memoria en el mundo? Volviendo á la nuestra: todavía no es tiempo de re- cojer sus frutos. Mas, el dia llegará en que los libera¬ les de Sud-América puedan decir con aire de satisfac¬ ción y triunfo: He aquí los resultados felices de nuestra santa revolución. Pertenece á los buenos trabajar para apresurarlo. Tú mismo, Philalethes, podrás contribuir á la grande obra. Vuelve á elevar tu alma al nivel de los sentimientos que honraron tu juventud. Despega de tu corazón el barro con que le han ensuciado las desgra¬ cias, de las que quizá tú mismo has sido la única cau¬ sa: aborrece de veras las revueltas; y serás uno de aque¬ llos que servirán con mas écsito, y harán mas honor á la revolución, y á los tiempos que la han promovido y deben perfeccionarla. [a] Es quizá la razón por la que la hija no ha pare¬ cido, en sus últimos resultados, de sangre tan pura como la madre. Aliarla con el espíritu del siglo, es el único medio de infundirle toda la nobleza de que es capaz.](https://iiif.wellcomecollection.org/image/b3036744x_0049.jp2/full/800%2C/0/default.jpg)