Descripción y curación de la fiebre escarlatina que reinó epidemicamente en las Provincias Argentinas Confederadas, y en Buenos Ayres su capital, en los años 1836 y 1837 : segun fue observada en la villa de Lujan y distritos adyacentes / por Francisco Javier Muñiz.
- Muñiz, Francisco Javier, 1795₁1871.
- Date:
- 1844
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Credit: Descripción y curación de la fiebre escarlatina que reinó epidemicamente en las Provincias Argentinas Confederadas, y en Buenos Ayres su capital, en los años 1836 y 1837 : segun fue observada en la villa de Lujan y distritos adyacentes / por Francisco Javier Muñiz. Source: Wellcome Collection.
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![¿‘Qninuye en él la secreción lactífera; que presérvalos ojos como 0 ídnosos y encendidos. Huye la sociedad de los demas animales, a>l(i - ejecuta un ruido sordo (especie de musitación) con la lengua y 1 os labios. Este periodo dura apenas cuatro dias. H En el segundo que es el eruptivo, aparecen varias pustulillas en ldi ínea circular sobre el límite de la teta ó sea en su conjunción con ■(i a piel vellosa que envuelve la ubre. Su número varía de dos á '■iv res en cada una, y quizá ellas no se descubren siempre en todas % cuatro tetas. En el espacio que las separa,' y rara vez sobre su nismo cuerpo, salen algunos granos, los que suelen también apa- ) ecer sobre el ámbito total de la ubre. Aquellas se entumecen, se ti linchan y aparentan cierta disminución de longitud. La ubre sen iresenta distintos puntos endurecidos y dolorosos, que son otros o yantas glándulas sobreirritadas. La figura de las costras es ro- bo londa, achatada y tiene un hundimiento umbilical en su promedio, aü Jna línea color púrpura, que aumenta en extensión hasta prin- (n upiar la maturación, cuando forma un verdadero disco, circuye las ila Jostras. ,n< ;:ost.mío ;ro Desde que se inicia este périodo, el animal entra y permanace :on :*n un continuado acceso de irritibilidad. No permite á su cria la ai actacion. Si la traban para emulgir-la, patea y se agita extraordi- ioi laidamente, y procura cuando siente la ruda mano de la ordeña- pie lora, desasirse de las ligaduras. Entonces, en el lenguage de estas* ma a vaca se enloquece, y es menester soltarla—que equivale á decir, fo 10 volver á ordeñarla hasta pasado aquel estado febril y doloroso. nil¡ Regularmente al cuarto dia* de principiada, termina la erupción. ntwEl animal que estaba antes taciturno y sombrío, aparece ahora ti nas alegre y apetitoso, como si se hallara menos oprimido de aque- j¡i la aflicción que antes lo molestara. ipí La maturación de las pústulas que constituye el tercer periodo, di principia el cuarto ó quinto dia, contando del en que empieza el íé eruptivo. A este tiempo las vexíiculas han adquirido todo su vo- úmen ; el líquido que contienen de trasparente, pasa á blanco en nate ó argentado. d Entre tanto la vaca, aunque en alivio de la revolución que ha ex- I] perimentado en su constitución al depurarse de un virus elaborado d específicamente-en sus propios órganos (esta es nuestra opinión), ó ]ii suírir su acción si es proyectado en la circulación general por causas externas, la vaca, deciamos, conserva todavía una viva sen- il! sibdidad sobre las mamas y aun sobre la ubre entera, ue En el cuarto periodo de disecación el humor que llena las ¡e pústulas pierde su limpidéz, pasa á gris amarillento, adquiere en ; ¡seguida un tinte rosaceo, y queda on perfecta condensación al |¡i duodécimo dia.](https://iiif.wellcomecollection.org/image/b22375016_0085.jp2/full/800%2C/0/default.jpg)