Contribuciones al conocimiento de la flora ecuatoriana. Monografiá II, Anturios ecuatorianos / por el R.P.L. Sodiro.
- Sodiro, Luis, 1836-1909.
- Date:
- 1903
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Credit: Contribuciones al conocimiento de la flora ecuatoriana. Monografiá II, Anturios ecuatorianos / por el R.P.L. Sodiro. Source: Wellcome Collection.
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![bien diferentes de los del Atac/itzo^ Pichincha^ Cota- cachi^ etc., si bien situados en las inisuaas zonas de la misma cordillera. Otros hechos análogos manifiestan la localiza- ción de varios grupos subalternos de una misma re- gión, y nos confirman en la suposición del gran nú- mero de especies que han de quedar ocultas en las inmensas regiones todavía inexploradas. difícilmente puede darse razón de los hechos que dejamos consignados, él que no tenga cabal co- nocimiento de las condiciones geográficas, topográfi- cas, climatológicas, etc del territorio Ecuatoriano y se sentirá fácilmente tentado á juzgar como exagera- do el número de especies registrado en este escrito, recargado además con la prevención de las muchas más que suponemos se descubrirán en lo sucesivo; y á tener como meramente teórica ó hipotética la re- gularidad expresada en la sucesión de los tipos y su localización en diferentes zonas y hasta en los dife- rentes parajes de una misma. Para aclarar de alguna manera estos puntos, nos vemos obligados á consignar aun aquí, apesar de haberlo hecho en otras ocasiones, (*) algunos datos sobre las condiciones mentadas que, en nuestro con- cepto, son la causa inmediata, tanto de la multi])lici- dad como de la distribución de las especies. Para limitarnos tan sólo á las principales citaremos: 1*’. Su posición inmediata de uno y de otro lado de la línea equinoccial, circunstancia que garantiza, al mismo tiempo, una temperatura relativamente elevada, aunque variada (según las elevaciones) y constante en todas las épocas del año; 2^. La extensión del área adecuada para la vida de las mismas plantas, extensión que medida por la altura, sería la do cerca de 3.400 m.; pero esa misma extensión se aumenta sobremanera por la inclinación y accidentalidades de la superficie. Si nos fijamos. (*) Vóaiiso nuestros opilaculos: (}r\ii)lo<januu'vnsculans qnilciisc.. t¿ultu y riixiníams eoiMlorianus, 1902.](https://iiif.wellcomecollection.org/image/b28126622_0012.jp2/full/800%2C/0/default.jpg)





