Tratado completo de patología interna: sacado de las obras de Monneret y Fleury, Andral, J.P. Frank, José Frank, Pinel, Chomel, Boisseau, Bouillaud, Gendrin, Hufeland, Roche y Sanson, Valleix, Requin, Piorry, y otros muchos autores : como tambien de los principales diccionarios de medicina y de las colecciones periódicas (Volume 4).
- Date:
- 1844-50
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Credit: Tratado completo de patología interna: sacado de las obras de Monneret y Fleury, Andral, J.P. Frank, José Frank, Pinel, Chomel, Boisseau, Bouillaud, Gendrin, Hufeland, Roche y Sanson, Valleix, Requin, Piorry, y otros muchos autores : como tambien de los principales diccionarios de medicina y de las colecciones periódicas (Volume 4). Source: Wellcome Collection.
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![1' HE LA Jabíes, y aun si la vena inflamada es de poca importancia, como la dorsal del miembro, no hay ningún síntoma general; en otros , sin que la flebitis haya determinado ningún síntoma de infección purulenta, principalmente si es pro- ducida por una lesión de la vena, se ven sobre- venir accidentes generales muy graves. Se pre- senta la fiebre ; y la fuerza y frecuencia de pul- so, el calor de la piel, la agitación, el insomnio, y la pérdida del apetito , dan á la afección un aspecto de gravedad alarmante. Al mismo tiem- po son vivos los dolores del miembro, la hin- chazón se hace considerable, y los fenómenos locales se hallan en relación con los generales. Se han citado algunos ejemplos de este género, sin que la flebitis hubiese perdido su carácter de simple ó adhesiva; sin embargo, preciso es decirlo, estos síntomas pertenecen principal- mente á la flebitis supurativa, de la cual va- mos á ocuparnos. «Flebitis supurativa.—Esta, mucho mas frecuente que la anterior, se observa principal- mente en los casos en que las venas han sido interesadas por una herida, ó invadidas por una inflamación inmediata. »EI dolor en este caso es mucho mas vivo que en la flebitis simple ó adhesiva ; una hin- chazón dolorosa ocupa la circunferencia de la herida, impidiendo muchas veces comprobar la existencia del cordón duro formado por la vena inflamada; los movimientos de! miembro afec- tado son difíciles y aun imposibles; la reac- ción febril de que hemos hablado mas arriba, se declara con intensidad, y al cabo de un tiem- po que no se halla todavía determinado, se ma- nifiestan los signos de la supuración á lo largo del trayecto del vaso. »Unas veces, como se observa á consecuen- cia de la sangría, se ve formarse un absceso en la circunferencia de la picadura , que se es- tiende á mas ó menos distancia; y otras apa- recen núcleos á los lados déla vena inflamada, duros al principio, en los cuales se deja bien pronto conocer la fluctuación: en una palabra, los puntos ocupados por el pus son variables, pero siempre están inmediatos á la vena. Se han visto algunos casos, y entre ellos uno muy no- table citado por Cruveilhier (Dict. de méd. el de chir., art. Flebitis), en que la cavidad de la vena formaba el centro del foco purulento. En una mujer en quien se manifestó la fluctua- ción en un punto del pecho por donde pasaba una vena dilatada , hizo este autor la abertura de] absceso, y, á medida que iba saliendo el pus, vio á la vena vaciarse, borrarse y hacerse in- visible. «Aunque estos casos de flebitis supurativa son los que esponen con mas frecuencia á los enfermos á la infección purulenta de que va- mos á tratar, se ve algunas veces detenerse la enfermedad, y circunscribirse los síntomas de la supuración en los límites ocupados primiti- vamente por el mal. Guando tal sucede, los sig- nos de reacción febril son debidos á la violen- FLEB1T1S. cia de la flegmasía, y, en el caso de existir al- guna alteración de la sangre, no difiere de la que se observa en las demás enfermedades febriles. »Infección purulenta— Llegamos1 yaá una cuestión bien difícil de resolver; pues la infec- ción purulenta ha sido muy diversamente inter- pretada por los autores , y sobre ella se han suscitado numerosas discusiones. Vamos á dar una rápida ojeada sobre el estado de la cues- tión ; pero sin ventilarla á fondo, porque esto exigiría demasiados pormenores. »Se ha creído al principio, y entre los auto- res que han participado de esta opinión es pre- ciso colocar en primera línea á Ve I pea u y Ma- réchal, que una vez formado el pus en una ve- na , se verificaba inevitablemente el paso de este líquido hacia las partes centrales, y que luego, procurando la sangre desembarazarse de esta sustancia estraña , la depositaba á su paso por los diferentes órganos. De este modo se es- plicaban los accidentes variados y las diversas lesiones que siguen á la flebitis supurativa. Mas tarde, y entre los que han defendido este mo- do de pensar se encuentran Cruvelhier, Blan- din, Dance, etc., se ha admitido que algunas partes de pus son en efecto trasportadas al tor- rente circulatorio; pero que llegando en segui- da á los órganos parenquimatosos ó al tejido ce- lular, no se depositan simplemente, sino que determinan en estas diferentes partes una nueva inflamación, que tiene la mayor tendencia á supurar. «Semejantes opiniones han sido vivamente combatidas por Tessier, quien al principio en su tesis, y después en muchos periódicos (véase CExperience, i. II, passim , y l. VIH, y la Gaz. Méd.), ha reunido un considerable número de hechos, para demostrar la imposibilidad de este paso del pus desde el punto primitivamen- te afectado á las partes inflamadas secundaria- mente; fundándose con especialidad en que uno de los primeros, sino el primitivo efecto de la flebitis, es el determinar la formación de un coágulo, que circunscribe el foco purulento, de- tiene el curso de la sangre, y por consiguiente no permite ya al pus pasar mas allá del punto donde se ha formado. Este autor ha citado ade- mas un número considerable de casos, en los que se han visto abscesos múltiples con todos los síntomas asignados á la infección purulenta, sin que se haya encontrado vestigio alguno de flebitis. »Ph. Bérard (Dict. de Méd-, t. XXVI, ar- tículo Pus) se ha propuesto refutar la opinión de Tessier. Según él , es cierto que el pus no puede ser absorvido por las paredes de un foco purulento, y trasportado en sustancia al tor- rente circulatorio, como algunos autores ha- bían pensado; pero se concibe fácilmente el paso de las moléculas purulentas á la cavidad de una vena, l.o porque no está demostrado que no hayan podido exhalarse y trasportarse algunas de ellas antes de la formación de los coágulos, y 2.. porque existiendo muchas ve-](https://iiif.wellcomecollection.org/image/b21119594_0048.jp2/full/800%2C/0/default.jpg)