Clínica médica : lecciones dadas en la Escuela de medicina de México / por el catedrático del ramo Miguel F. Jimemez. (Abcesos del hígado.).
- Jiménez, Miguel Francisco, 1813-1875.
- Date:
- 1856
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Credit: Clínica médica : lecciones dadas en la Escuela de medicina de México / por el catedrático del ramo Miguel F. Jimemez. (Abcesos del hígado.). Source: Wellcome Collection.
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![ñalados [dolor, hinchazón del hígado, etc.], lia suscitado una reacción considerable, frecuencia de pulso, encendimiento ge- neral, quebrantamiento de fuerzas, sequedad de la boca, en una palabra, calentura; luego el mal es de naturaleza inflama- toria. Por último, en medio de la marcha de la enfermedad sobrevinieron calosfrios y sudores; estos persisten con alguna irregularidad; hay hipo; los espacios intercostales que corres- ponden al hypocondrio están abovedados y renitentes; se ha concentrado el dolor en uno de ellos, el nono, y sobre todo, en ese mismo punto doloroso se percibe una fluctuación clara que revela la existencia, de un líquido. Pues bien, un líquido que se ha desarrollado en el hígado después de una inflamación aguda, con las circunstancias que van referidas, debe de ser pus; y de consiguiente la enfermedad que hoy estudiamos de- be calificarse así: Jlbceso del hígado. Y en atención á que tomados en masa los casos de abcesos del hígado, se pierden generalmente, como se verá adelante, en la proporción de un 82 por ciento, el pronóstico deberá ser: sumamente grave. En cuanto al método curativo, la primera indicación que se presenta es la de dar salida al pus que se ha formado: en se- gundo lugar hay que oponerse á que el trabajo inflamatorio que le ha dado origen siga devorando la glándula, fundién- dola en supuración: finalmente, deberán sostenerse las fuerzas del enfermo, gravemente amenazadas por la naturaleza misma del mal. Oportunamente apreciaremos la importancia de ta- les indicaciones, y la eficacia de los medios con que pueden satisfacerse. Desde luego se procuró llenar la primera, haciendo una punción en el punto en que la fluctuación era mas evidente. Al pié de un pliegue que se levantó en la piel lo mas que se pudo, se introdujo un trocar de mediano calibre, y por su cánula se estrajeron dos libras y media de un pus espeso, mezclado íntimamente con una buena proporción de sangre, que le daba la apariencia del champurrado; de un olor parti-](https://iiif.wellcomecollection.org/image/b21133554_0008.jp2/full/800%2C/0/default.jpg)