Del colera epidémico : lecciones pronunciadas en la Facultad de Medicina de Paris / por el doctor Ambrosio Tardieu ... ; Traduccion al Castellano por Jose Mariano Davila, antiguo profesor de medicina.

Auguste Ambroise Tardieu

Date:: 1849

Credit: Del colera epidémico : lecciones pronunciadas en la Facultad de Medicina de Paris / por el doctor Ambrosio Tardieu ... ; Traduccion al Castellano por Jose Mariano Davila, antiguo profesor de medicina. Source: Wellcome Collection.

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$Viilsiones en cuerpos de los que se pensaba haber desaparecido totalmente la vida; y aun uno de ellos •estaba }a depositado en la sala de los muertos. En ambos casos, la cabeza esperimsntó un temblor. Los dedos se esíendieron lentamente y después se dobla- ron; las estiemidades inferiores tomaron un movi- miento de rotación al rededor del bacinete, levantán- dose sobre los talones. Los brazos ejecutaron mo- vimientos de pronacion y supinación, y los dedos se estendieron y doblaron. En un caso duraron estas confracciones diez minutos, en el otro tres cuartos de hora. Los médicos franceses mandados á Polo- nia durante la epidemia de 1831, han observado he- chos análogos [1]. Mr. Littré se pregunta, si en estos casos estaba la vida realmente estinguida, y la muerte no era sincí aparente, aunque nada lo indicaba; si esas contraccio- nes son debidas “á la persistencia, después de la muerte, de la causa que las provocaba anteriormen- te; ó si en fin, no son sino el resultado de un trabajo voltaico que se ha producido en los músculos toda- vía irritables del cuei-po.’’ Esta última suposición ? que no repugna de ninguna manera á la razón y á la esperiencia, es interesante para aproximar los fenó- menos estraordinarios relativos á la electricidad at- mosférica señalados er) las epidemias de cólera, pun- to de que volveremos á ocuparnos con mayor esten- sion. [1] En la cárcel de esta capital se observo poY el ti-aductor nn caso semejante, en 1833, en el cadáver de un tal N. Naran- jo, hombre de una constitución muy robusta, y que había su- cumbido á las siete horas de atacado del cólera, que ól mismo se habia provocado por a])nso de licores espirituosos. Dudóse entonces del hecho; se hizo burla de la observación, y aun no faltó profesor que intentara probar Cjue era imposible, Si lle- gare á leer este escrito, so [)ersuadirá de lo contrario, y ' crá que en todas partes se sabe observar.— T.$